¡Necesito alquilar un novio, urgente!

-Mierda, mierda, mierda...
-¿Qué pasa, Lando? -preguntó George, mi compañero de piso, asomando la cabeza desde la cocina con una ceja arqueada.
-Mierda -fue todo lo que logré contestar, mirando fijamente mi teléfono como si acabara de recibir una maldición.
-¿Mierda qué? -insistió, caminando hacia mí con esa calma suya que a veces me sacaba de quicio.
-Mi hermano se va a casar -solté de golpe, poniéndome de pie de un salto y empezando a dar vueltas por la sala como un animal atrapado.
-¿Y el problema es...? -preguntó George, claramente sin entender por qué eso era digno de una crisis existencial.
-Me invitó -dije, extendiéndole el celular con la pantalla encendida, como si fuera una bomba a punto de estallar.
-Bueno, es tu hermano... Claro que te invitó. Sigo sin ver el drama -respondió, encogiéndose de hombros.
Me detuve en seco. ¿Cómo que no veía el problema?
-¡Se va a casar con Carlos Sainz!
George parpadeó una, dos veces... y entonces lo entendió todo.
-Mierda -murmuró, ya tan en crisis como yo.
-¡Necesito alquilar un novio, urgente! -dije con dramatismo, mirándolo fijamente, esperando que comprendiera la magnitud del desastre.
-Doble mierda -replicó George, ahora totalmente a bordo del caos.