El día de la madre

Sinopsis.-
Era el primer domingo de mayo, y como cada año, Clara se despertó antes que el resto de la casa. El aroma del café llenaba la cocina mientras preparaba el desayuno, como lo había hecho durante más de veinte años. Aunque amaba ser madre, este año el Día de la Madre se sentía distinto. Su hijo mayor, Tomás, se había mudado a otra ciudad hacía seis meses para comenzar su carrera universitaria, y no había dado señales de que vendría a visitarla.

Mientras revolvía los huevos, trataba de convencerse de que no esperaba nada. "Es normal", se decía, "los hijos crecen, hacen su vida". Pero en lo profundo de su corazón, le dolía un poco el silencio.

A media mañana, su hija menor, Martina, bajó las escaleras con una sonrisa cómplice y una caja envuelta en papel kraft.
-¡Feliz día, má! -dijo, abrazándola fuerte.
-Gracias, mi amor -respondió Clara, sonriendo con ternura. Abrió la caja y encontró dentro una bufanda tejida a mano y un sobre blanco. Lo abrió con cuidado.

"Mamá,"
"Sé que este es nuestro primer Día de la Madre lejos, pero quiero que sepas que pienso en vos todos los días. En cada taza de café que preparo, en cada consejo que me diste cuando no sabía qué hacer. Gracias por ser mi refugio, mi fuerza y mi mejor ejemplo. Volveré pronto, pero mientras tanto, esta carta es para que sientas que nunca estoy del todo lejos."

"Te amo, Tomás."

Clara se llevó la carta al pecho, y las lágrimas que había retenido toda la mañana cayeron sin resistencia. No necesitaba flores, ni regalos costosos. Solo eso: saber que el amor de un hijo puede viajar kilómetros y llegar justo al corazón, cuando más se necesita.

Ese día, en medio de abrazos, risas y algún llanto suave, Clara entendió algo que siempre había sabido, pero que esa mañana brillaba con más claridad: ser madre es un lazo que ni la distancia ni el tiempo pueden debilitar.