En un campus universitario envuelto por la bruma del otoño y las voces antiguas de la literatura británica clásica, Lena Luthor, profesora brillante, reservada, de 43 años, dicta una charla sobre las mujeres que escribieron contra el tiempo y el destino: las hermanas Brontë, Austen, y tantas otras cuyas palabras aún arden. Entre los asistentes está Kara Danvers, una joven estudiante de 19 años con una pasión voraz por los libros, la justicia y la verdad.
Lo que comienza como una conversación casual al final de una conferencia, se transforma en un vínculo de admiración mutua, discusiones literarias encendidas, una conexión y tensiones entre ellas que trasciende la lógica. Ambas intentan resistirse a lo que crece entre ellas: Lena, por ética profesional y temor al juicio social; Kara, por inseguridad y conciencia de lo que representa estar enamorada de alguien que le saca más del doble de su edad.
Dentro de las familias más adineradas del mundo, donde los errores eran imperdonables así como las imperfecciones, siempre existía una persona que no sigue los ideales superficiales, esa era Lena Luthor. Junto a su hermano funda una universidad que cumplía como fundación otorgando becas en ciencia y artes.
Por otro lado, se encuentra Kara Danvers, mujer proveniente de una familia de clase media responsable y amorosa. Cuando era una adolescente perdió la vista, quedando casi en una oscuridad absoluta, pero nada eso fue impedimento para convertirse en su pasión, ser profesora de artes.
La vida con sus constantes idas y vueltas, iba a mostrarles el verdadero camino a dos personas opuestas-según decía los estándares sociales-, pero cuyos ideales las convertían seres iguales.