Story cover for In his DM's | Lando Norris y tu | by justinariana78
In his DM's | Lando Norris y tu |
  • WpView
    Reads 29
  • WpVote
    Votes 1
  • WpPart
    Parts 4
  • WpView
    Reads 29
  • WpVote
    Votes 1
  • WpPart
    Parts 4
Ongoing, First published May 30
Mature
No fue fanatismo.
Ni destino.
Fue una coincidencia.

Una fiesta en Miami, una amiga que la arrastró sin muchas explicaciones, por un par de dólares y una cámara que ella llevaba siempre, por costumbre. Ni siquiera sabía quiénes estaban ahí.
 Ella, mientras tanto, solo buscaba capturar un par de fotos buenas y desaparecer.

Fue ahí cuando lo vio.
O mejor dicho, cuando él la vio primero.

No hablaron esa noche. Pero se miraron como si su vida dependiera de ello, al día siguiente, mientras editaba una historia que había subido -una imagen borrosa de luces y siluetas bailando-, apareció la notificación.

landonorris te respondió una historia: "¿Esa sos vos?"

Y así, sin filtros ni flashes, empezó algo que nadie más supo.
Charlas por mensaje, llamadas de madrugada, silencios cómodos. Él insistía en que le gustaba lo tranquila que era, lo lejos que vivía del ruido.
Ella decía que no entendía por qué la elegía a ella. Pero se dejaba llevar.

No lo publicaban. No lo contaban.
No era por vergüenza, sino por cuidado. Como si lo que estaban construyendo no necesitara de likes ni testigos.

Y ahora, desde la ventanilla del avión que la llevaba de regreso a Buenos Aires, ella repasaba la última foto que le había sacado en secreto, cuando él no miraba. Sonreía como si no supiera que lo estaban mirando.

Quizás eso era lo que más la atraía de todo esto:
que lo verdadero no necesita posar.
All Rights Reserved
Sign up to add In his DM's | Lando Norris y tu | to your library and receive updates
or
Content Guidelines
You may also like
Lo Que No Supe Cuidar by AshleyMoa
1 part Complete
Durante años, Lando y Max fueron inseparables. Dentro y fuera de la pista, compartían algo más que la adrenalina de las carreras: una relación que nació entre risas, complicidades y secretos en los paddocks. Pero el ego de Max... ese maldito ego, siempre lo arruinaba todo. Max no sabía cómo amar sin competir. Tenía que ganar en todo: en la pista, en las discusiones, incluso en el cariño. Lando, al principio, aguantaba. Siempre tan dulce, tan paciente. Pero hasta la ternura se cansa de los gritos, de los celos, de las palabras que cortan como cuchillas. "Solo eres un niño mimado con una sonrisa bonita. Sin mí no serías nada", fue una de las últimas frases que Max le lanzó una noche en Mónaco. Lando, con los ojos brillantes pero secos, simplemente se fue. Y esta vez no volvió. Meses pasaron, luego un año. Max seguía con su vida... o eso decía. Corría, ganaba, sonreía para las cámaras. Pero en el fondo, algo faltaba. No lo quería admitir. Hasta que lo vio. Lando, en una cena benéfica en Londres, sonriendo de verdad. A su lado, un tipo alto, de barba prolija y lentes. No era piloto. No tenía idea de motores ni banderas amarillas. Era profesor de historia del arte en una universidad. Se llamaba Alex. Y hacía reír a Lando como Max nunca supo hacerlo. La primera vez que Max los vio tomados de la mano, sintió una punzada. No era solo celos. Era pérdida. Era darse cuenta que lo que una vez fue suyo, ya no le pertenecía. Y lo peor: Lando no lo miraba con rencor. Lo miraba como se mira a un recuerdo... uno que ya no duele. Intentó acercarse. -Lando... podemos hablar? -le dijo en un evento, con la voz más suave que jamás había usado. Lando le sonrió, educado, distante. -Claro, Max. ¿Qué necesitas? Ese "¿Qué necesitas?" lo mató. Ya no había amor, ni dolor, ni siquiera rabia. Solo cortesía. Y Max se quedó ahí, viendo cómo Lando se alejaba, tomado de la mano de alguien que no necesitaba saber de Fórmula 1 para amarlo bien.
ENTRE CURVAS Y LATIDOS // LEWIS HAMILTON by drewstkgf
25 parts Ongoing Mature
Lewis: He pasado toda mi vida entrenado para anticipar lo impredecible. En la pista, los reflejos lo son todo. Anticiparte. Reaccionar. Ganar. Pero fuera de ella... nadie te enseña cómo manejar lo que de verdad importa. Nadie te prepara para lo que no se puede controlar. No estaba buscando nada. No entonces. O tal vez sí... pero no sabía cómo nombrarlo. Llevaba años acelerando entre circuitos, cámaras, contratos y soledad. Había aprendido a protegerme. A mostrar solo lo justo. Hasta que ella llegó y me vio, realmente me vio. Valeria fue una curva inesperada. La que no aparece en los mapas. La que te obliga a soltar el control. La que te saca de la línea ideal... para enseñarte que hay otra forma de llegar. Valeria: No quise entender su fama. Quise entenderlo a él. Y en el camino, él también me entendió a mí, incluso cuando ni yo sabía cómo explicar lo que sentía. Estar con él no ha sido fácil. Somos de mundos distintos. De edades distintas. Pero compartimos algo más fuerte que todo eso: la voluntad de caminar este camino juntos, paso a paso. Con dudas, con amor, con cicatrices, con alegría. Es una historia de dos vidas que se cruzaron en el momento menos esperado... Y decidieron no soltarse, aún cuando todo alrededor parecía demasiado. Esto no es una historia perfecta. Es una historia real. Con la distancia, con las diferencias, con el caos, con el cariño. Con los mensajes a medianoche, las despedidas en aeropuertos, las celebraciones en silencio, las miradas que lo dicen todo. V&L Esta no es solo una historia de amor. Es una historia de valentía, de aprendizaje, de segundas oportunidades. Una historia sobre lo que sucede cuando dejas de correr... y te permites sentir. COVER BY: mirbernaal
Simplemente tú  by Charlottee32y
36 parts Ongoing
El estruendo de los motores rugía en Miami, un eco vibrante de velocidad y gloria. Entre la multitud exclusiva que llenaba el paddock de Ferrari, Lando Norris caminaba con la confianza de alguien acostumbrado a estar en el centro de atención. No le interesaban los autos de Fórmula 1 ni la adrenalina de la carrera; él estaba allí porque su agencia lo había enviado como imagen de una prestigiosa marca patrocinadora. Nada más. Entonces lo vio. Carlos Sainz. El piloto estrella de Ferrari, el hombre del momento, y también, sin duda, la persona más insoportable con la que había cruzado palabra en su vida. Arrogante, seco y con una actitud que dejaba claro que no tenía tiempo ni paciencia para alguien como Lando. No se soportaban. La primera conversación había sido un choque de egos, la segunda, un intercambio frío de cortesías obligadas. Si por Carlos fuera, ni siquiera se mirarían. Si por Lando fuera, él tampoco perdería su sonrisa con alguien tan gruñón. Pero todo cambió al día siguiente. Las portadas de los tabloides no hablaban de la carrera. No hablaban del podio. Hablaban de Carlos. De Carlos ebrio, saliendo de un club en la madrugada, rodeado de dos mujeres. De Carlos con su reputación en juego y Ferrari al borde de un ataque de nervios. Y ahí es cuando el desastre se convirtió en oportunidad. La solución llegó de la forma más inesperada: Lando. Un rostro fresco, querido por el público, la imagen perfecta de alguien que podría suavizar la reputación de Carlos. Un escándalo solo se borraba con otro. Y qué mejor escándalo que un romance entre el piloto problemático y el modelo más carismático del momento. Carlos no quería hacerlo. Lando tampoco. Pero el contrato estaba sobre la mesa. Una relación falsa. Un pacto de seis meses. Dos personas completamente opuestas fingiendo ser algo que no eran. Lo que ninguno sabía era que lo falso podría volverse real. Y que Charles Leclerc no estaba dispuesto a permitirlo.
You may also like
Slide 1 of 10
Lo Que No Supe Cuidar cover
Kiss me ; Landoscar  cover
Healing [Pierre Gasly] cover
Yᴏᴜ Aʀᴇ Iɴ Lᴏᴠᴇ || Charles Leclerc  cover
Solo es la Asistente de Relaciones Públicas | Oscar Piastri cover
ENTRE CURVAS Y LATIDOS // LEWIS HAMILTON cover
Simplemente tú  cover
Novios indiscretos│F1 one shots cover
꧁𝓒𝓪𝓹𝓻𝓲𝓬𝓱𝓸𝓼𝓸 ꧂ cover
MURDER (LANDO NORRIS) cover

Lo Que No Supe Cuidar

1 part Complete

Durante años, Lando y Max fueron inseparables. Dentro y fuera de la pista, compartían algo más que la adrenalina de las carreras: una relación que nació entre risas, complicidades y secretos en los paddocks. Pero el ego de Max... ese maldito ego, siempre lo arruinaba todo. Max no sabía cómo amar sin competir. Tenía que ganar en todo: en la pista, en las discusiones, incluso en el cariño. Lando, al principio, aguantaba. Siempre tan dulce, tan paciente. Pero hasta la ternura se cansa de los gritos, de los celos, de las palabras que cortan como cuchillas. "Solo eres un niño mimado con una sonrisa bonita. Sin mí no serías nada", fue una de las últimas frases que Max le lanzó una noche en Mónaco. Lando, con los ojos brillantes pero secos, simplemente se fue. Y esta vez no volvió. Meses pasaron, luego un año. Max seguía con su vida... o eso decía. Corría, ganaba, sonreía para las cámaras. Pero en el fondo, algo faltaba. No lo quería admitir. Hasta que lo vio. Lando, en una cena benéfica en Londres, sonriendo de verdad. A su lado, un tipo alto, de barba prolija y lentes. No era piloto. No tenía idea de motores ni banderas amarillas. Era profesor de historia del arte en una universidad. Se llamaba Alex. Y hacía reír a Lando como Max nunca supo hacerlo. La primera vez que Max los vio tomados de la mano, sintió una punzada. No era solo celos. Era pérdida. Era darse cuenta que lo que una vez fue suyo, ya no le pertenecía. Y lo peor: Lando no lo miraba con rencor. Lo miraba como se mira a un recuerdo... uno que ya no duele. Intentó acercarse. -Lando... podemos hablar? -le dijo en un evento, con la voz más suave que jamás había usado. Lando le sonrió, educado, distante. -Claro, Max. ¿Qué necesitas? Ese "¿Qué necesitas?" lo mató. Ya no había amor, ni dolor, ni siquiera rabia. Solo cortesía. Y Max se quedó ahí, viendo cómo Lando se alejaba, tomado de la mano de alguien que no necesitaba saber de Fórmula 1 para amarlo bien.