Después de pasar una alocada noche con Dazai, Sigma descubre que hay una sola manera de verlo: internarse en el mismo psiquiátrico donde Dazai se encuentra.
Chuuya descubre que hay un fantasma en su casa, y ese fantasma no es otro que el bastardo de Dazai. Intenta ignorarlo y deshacerse de él pero todo es inútil, tendrá que ayudarlo o acostumbrarse a su presencia.