Alas Rotas, Corazón En Llamas

Draco Malfoy murió salvando a Harry Potter.
Literalmente. Le pasó su varita, lo protegió de un hechizo mortal... y cayó ante sus ojos.
Trágico, inesperado... y algo humillante, considerando que Harry solo gritó su nombre como si fuera demasiado tarde para todo lo no dicho.

Pero cuando Draco esperaba descansar (o al menos que lo lloraran con estilo), el universo hizo lo impensable:
Lo reencarnó. En un pueblo vikingo.
Donde todos gritan, cazan dragones y lo tratan como si fuera la vergüenza de la aldea.

Y por si fuera poco, Harry también está ahí.
Más musculoso. Más impulsivo.
Y, para colmo... sin recuerdos.

Ahora Draco tiene un dragón secreto, un padre que solo quiere que sea un asesino glorioso, y un montón de adolescentes agresivos que creen que "sensible" es sinónimo de "débil".

Él solo quiere sobrevivir.
O dormir. O gritar.
O besar a Harry, pero esa parte no es tan urgente... tal vez.

El destino lo eligió. Otra vez.
Pero esta vez, Draco no piensa callarse, disculparse... ni morir tan fácil.