Para Nagumo Yoichi, las misiones siempre fueron simples: entrar, actuar, salir. Sin errores, sin emociones.
Ella no era la excepción... o al menos, eso creyó.
Lo que comenzó como parte del plan se volvió algo que no supo controlar. Sonrisas fingidas, palabras ensayadas... pero algo en su mirada lo desarmaba más que cualquier enemigo.
Él cumplió con su parte. Todo salió como debía. Entonces, ¿por qué cada recuerdo de ella lo persigue como si algo hubiera salido mal?
En un mundo donde nada es real, ¿cómo se distingue la culpa... del arrepentimiento?
Porque a veces, el daño colateral... es el propio corazón.
Nukumizu Kazuhiko es un estudiante de primer año en la preparatoria Tsuwabuki... y un mob. Un personaje de fondo. Un extra sin relevancia en la gran historia escolar. Nada de reflectores, nada de drama. Solo vivir, pasar desapercibido y no meterse en problemas.
Pero desde hace unos días, su pacífica (y aburrida) existencia se ha ido al traste. Chicas que jamás se molestaron en darle una segunda mirada ahora lo saludan con sonrisas, sus compañeros lo miran con sospecha, y por algún motivo desconocido, ¡hasta los populares parecen saber su nombre!
¿La causa? Tal vez -solo tal vez- tenga algo que ver con aquella charla con la nueva estudiante transferida en esa cafetería.
Ahora, atrapado en el centro de un torbellino de atenciones no deseadas, Nukumizu Kazuhiko solo quiere recuperar su anonimato. Pero cuando estás rodeado por demasiadas heroínas, la normalidad es lo primero que desaparece.