MONDAY

Bella no está rota. O al menos, ha aprendido a disimularlo.
Tiene una casa nueva, una familia sacada de una comedia sin guion, amigos que la arrastran al caos con cariño y una habilidad casi perfecta para fingir que todo va bien.
Durante un tiempo, parecía suficiente.

Pero hay cosas que no se quedan atrás solo porque uno cambie de casa.
Algo ocurrió cuando tenía tres años. Algo que no supo entender entonces, pero que ahora ha vuelto con la fuerza de un recuerdo mal cerrado.
Y con eso, volvió algo que llevaba años en silencio.
Algo que creía enterrado.
Pero lo viejo no desaparece; solo aprende a esperar.
Ahora camina con ella a todas partes.

Bella no necesita que la salven.
Solo quiere que alguien se quede. Que no huya al ver las partes que duelen.
Porque a veces, lo más difícil no es estar rota, sino que los demás insistan en arreglarte.