Hay silencios que gritan más que cualquier palabra, y hay personas que sienten tanto que terminan perdiéndose dentro de sí mismas. Esta es la historia de una chica que, en sus últimos días de colegio, empieza a alejarse, poco a poco, de todo lo que un día le dio seguridad: su rutina, su entorno, su mejor amiga... y hasta de la idea que tenía de sí misma.
Al principio, su amistad era un refugio. Sentía paz, compañía, una conexión profunda que le daba sentido a todo. Pero con el tiempo, esa misma relación empezó a hacerla sentir invisible. Los demás -incluso los profesores- ya no la conocían por quien era ella. Era simplemente "la amiga de". Y aunque nadie lo notaba, ella sí. Escuchaba las comparaciones, las miradas que pasaban de largo, y comenzó a dudar de todo: de quién era, de lo que valía, de si algún día sería suficiente por sí sola.
Faltan dieciocho días para una fecha que antes significaba algo especial. Y mientras todos se preparan para despedir el año, ella escribe -en silencio- lo que nunca pudo decir en voz alta. No para que los demás la entiendan, sino para empezar a entenderse a sí misma.
No es una historia de grandes despedidas. Es una historia sobre el miedo de hablar, el peso de callar, y la fuerza que se necesita para comenzar a ser una misma, incluso cuando eso signifique empezar de cero.
Todos tenemos nuestros secretos, pero ¿qué pasa cuando tu secreto mejor guardado es descubierto por alguien con quien ni siquiera hablas? ¿Qué pasa si quien menos te lo esperas, es quien mejor te comprende?
Maya siempre ha sido de las chicas populares, todo el mundo la ve como alguien con su casa perfecta, su familia perfecta, sus notas perfectas y sus amigas perfectas... ¿Pero qué hay detrás de tanta perfección? ¿Realmente alguien puede ser perfecto? A decir verdad, aunque intente disimularlo, Maya Walker es más bien perfectamente imperfecta y parece que ahora, el chico de pelo rojo teñido que hay en su clase, lo sabe.