𝕮𝖚𝖗𝖘𝖊𝖉 𝖆𝖓𝖉 𝕮𝖍𝖔𝖘𝖊𝖓 - 𝕻𝖊𝖗𝖈𝖞 𝕵𝖆𝖈𝖐𝖘𝖔𝖓

Llegué al Campamento Mestizo huyendo de monstruos, medio convencido de que esto era una pesadilla. Entre semidioses con espadas, sátiros que usaban Converse y un centauro que enseñaba latín, no pensé que algo pudiera ponerme más nervioso.

Y entonces conocí a Ashriel Varek.

No hablaba mucho, pero todos lo respetaban. Lo miraban como si supieran algo que yo no. Como si él ya hubiera vivido batallas que yo ni imaginaba. Algunos decían que era hijo de Hades. Otros, que Artemisa lo había bendecido. Yo solo sabía que cuando entraba a una habitación, el ambiente cambiaba.

No era un líder, ni un héroe al estilo clásico. Era un lobo herido que aún sabía morder.

Y mientras intentaba entender mi lugar en este mundo, no dejaba de preguntarme cuál era el suyo...
Y por qué, entre todos, me miraba como si ya supiera quién iba a romperme primero: el destino o yo.

---

He estado en el campamento desde que tenía seis años.

Muchos vienen buscando refugio. Yo solo vine porque no tenía otro lugar al que correr. Me aprendí el terreno, las normas, los nombres de todos los que llegaron y se fueron. Aprendí a luchar, a callar, a endurecerme. A sobrevivir.

La profecía llegó conmigo. Me creció como sombra. Cada decisión que tomé, cada amistad que rompí antes de que se formara, cada pedazo que perdí... todo fue por esa condenada promesa escrita en verso.

Y entonces llegó Percy Jackson.

Mojado, desorientado, y con más destino del que sabe manejar. No entiendo por qué me mira como si yo fuera el que puede explicarle el mundo. Como si no estuviera tan roto como él.

Tal vez porque, después de tanto tiempo fingiendo ser solo un guerrero,
se me olvidó que aún soy un niño esperando que alguien me diga que no voy a terminar solo.