"Y si me llamas a las 4 AM, demasiado triste como para siquiera decir hola, voy a escuchar tu silencio hasta que te duermas.
Si necesitas llorar, llora, porque somos solamente humanos, y a veces las lágrimas son lo más cercano a la risa que podemos llegar a conseguir y eso está bien.
Si te da sueño te dejaré babear sobre mi brazo, y no me voy a reír de ti si roncas demasiado fuerte.
Y si necesitas gritar muy duro hasta que se te quiebre la voz y las rodillas fallen, voy a abrazarte y a gritar contigo.
Si te sientes enojado y golpeas, hasta que tus manos sangren y se pongan de color rojo, voy a aplicar hielo en tus nudillos y decirte que las heridas cicatrizarán tanto dentro como fuera, y al igual que el frío, tú eres duro y ardiente, y yo siempre seré el calor para aliviarte y hacerte sentir mejor.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.