Donde la noche se queda más tiempo de lo debido y el sol no termina de volver.
Nadie sabe exactamente cuándo comenzó a oscurecerse el mundo entre ellos.
Algunos dicen que fue en Yokohama, el día en que uno se marchó sin decir adiós y el otro aprendió a vivir con el eco de pasos que ya no regresaban. Otros insisten en que fue mucho antes, cuando el cielo decidió que ninguna estrella debía brillar dos veces para la misma persona.
Pero lo cierto es que, desde entonces, el sol dejó de ser entero.
Y en su lugar, nació algo más extraño, más doloroso: un eclipse que nunca acabó de irse.
Dazai Osamu, con los bolsillos llenos de suicidios fallidos y la risa más cansada del continente, llevaba tiempo caminando sin rumbo, persiguiendo ausencias disfrazadas de libertad. Él no creía en las mitades ni en las almas gemelas: creía en la destrucción, en la belleza del derrumbe.
Chuuya Nakahara, con las botas firmes sobre la tierra y el alma rota en el pecho, había aprendido a vivir sin promesas. Le bastaba con el vino, la rabia y el recuerdo de una voz que aún le retumbaba en los huesos. No hablaba de lo que había perdido, pero a veces, cuando el cielo se teñía de naranja antes del anochecer, le dolía respirar.
Se volvieron a encontrar en un rincón olvidado de Yokohama, donde las farolas parpadeaban como si supieran que no podían iluminar lo suficiente.
-¿Aún no te has matado? -preguntó Chuuya con voz firme y ojos que gritaban todo lo contrario.
-Y tú, ¿aún no me has perdonado? -respondió Dazai, como si la muerte fuera más fácil que esa conversación.
Entre peleas disfrazadas de orgullo, recuerdos que hieren más que los golpes y una ciudad que ya no es la misma, Dazai y Chuuya caminarán al borde del eclipse. No para reconciliarse. No para revivir lo que fue.
Sino para entender si aún queda algo debajo de toda esa sombra.
Una promesa no hecha.
Una despedida no dicha.
Una mitad que, quizás, aún espera.
O simplemente...
el fin.
↱ Jimin, era un omega diseñador de moda de la gran ciudad, que tras la perdida de su abuela paterna, hereda una gran estancia en el campo, la cual está dispuesto a vender.
Jungkook solo era un molesto alfa vaquero de la hacienda de al lado.
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