"Ante la adversidad, uno debe sobreponerse... porque cada obstáculo que se planta frente a ti no es un castigo, sino una pregunta: ¿vas a rendirte o vas a seguir desafiando el destino?"
Eso me lo dijo un hombre cuando era niño, aquí... en mi mundo. Uno donde las personas sangran de verdad, donde los sueños se apagan, donde la vida no da segundas oportunidades.
Y sin saber cómo, sin pedirlo, mi alma fue arrancada de esa realidad y arrojada a este otro mundo -un mundo de mares infinitos, islas imposibles y personas que ríen incluso mientras desafían a la muerte- el mundo de One Piece.
Pero yo no soy de aquí. No crecí viendo piratas como héroes ni creyendo que una sonrisa bastaría para vencer a un tirano. Y sin embargo... aquí estoy. Sin rumbo, sin bandera, solo con mi voz, mi memoria, y las palabras de aquel viejo que nunca supe si existió o lo imaginé.
Aquí, donde las leyendas caminan y los sueños se gritan al cielo, decidí no ser un simple espectador.
Voy a escribir mi propia historia, aunque sea con sangre y sal.
Voy a cantar las verdades que otros temen decir.
Voy a ser el bardo de los olvidados, el cronista de los caídos, el testigo de esta era de piratas.
Porque aunque no sea de este mundo... algo me dice que vine aquí por una razón.