Crónicas de Dreyma. El Profanador de Sueños.

Hay una sola razón del monstruo que hoy soy: una maldición en busca de venganza cayó sobre mí incluso antes de llegar al mundo. Desde entonces he estado marcada como un monstruo. Mi madre, desde siempre, me decía que no era nada malo, que simplemente era diferente a los demás y especial. Ahora lo entiendo, no soy especial, esa no es la palabra que me describe, la que realmente lo hace es “monstruo”. Soy una falla en la vida y naturaleza. Mi heterocromia es un rasgo importante para darme a ver a todos como el fenómeno que soy realmente.

Nunca me había interesado el saber lo que me había hecho así, o al menos no hasta que comencé a ser perseguida, como yo perseguía a los sueños que llegaban a mi hogar, Dreyma. Llegar al fondo de todo tal vez fue, en parte, lo peor que pude haber hecho porque descubrí la verdad detrás de todo, pero por otro lado, me dio las armas que necesitaba para luchar.

Los que me buscaban me querían para ayudarlos a terminar lo que sus antepasados comenzaron conmigo. Para seguir rompiendo la brecha entre nosotros y lo que es invisible.

¿Qué era lo que buscaban?
Abrir la brecha entre los cuerpos y las almas.

¿Por qué me necesitaban?
Porque yo era la llave de eso.

¿Cómo llegué a ser la llave?
Porque gracias a aquella maldición que me lanzaron, dentro de mí no solamente está la Megan que todos conocen, dentro de mí hay una segunda alma.