Relatos de amores prohibidos y otras situaciones increíbles.

Si te pusiesen el mundo en tus manos, pero no te dejasen cogerlo, ¿harías lo que fuera capaz para tomarlo?

Soy Anika. Crecí y viví en Uisdean, concretamente en Lorillis, uno de los cinco grandes reinos, la capital vampírica. Rodeada de riqueza y poder, no me criaron como a ninguno de mis hermanos. Mientras a ellos les instruían en historia y matemáticas, a mí me enseñaban cómo tocar el piano. Mientras ellos aprendían a blandirse con una espada y a luchar cuerpo a cuerpo, aprovechándose de sus habilidades vampíricas, a mí me enseñaban a recitar poemas, a vestir a la moda, y a comportarme con la etiqueta propia de una princesa.

Todo cambió ese día.
Dicen que todo empieza con un rumor.

«Hay un rumor.
Se cuela por las habitaciones del palacio entre susurros inconexos. Araña las paredes de piedra entre quejidos y atrae a los más rezagados. Es un rumor que dice así: "El día de la luna de sangre, un ejército vampiro atacará la población humana". ¿Qué quiere decir?, te estarás preguntando. La verdad es que no lo sé. Pero se extendió en el palacio como una neblina densa, apropiándose de cualquier cotilleo y dejándolo sólo a él como ganador. Los criados hablan, los escucho murmurar a todas horas. De madrugada, escondidos en la penumbra o haciendo tareas cotidianas. Sus voces resuenan en mi cabeza como si millones de hormigas reptasen por mis oídos. Y no puedo parar de dejar de pensar en esas palabras. Ni en las caras de inquietud de mis padres, los reyes. Los que no deberían dejarse llevar por simples cotilleos de palacio. Los que deberían estar tranquilos. Pero no lo están, y su inquietud me ha traspasado. Espero que sólo sea eso,
un rumor.»