
Él no grita, ni insulta, incluso piensa que la quiere. Tampoco se ve a sí mismo como un hombre violento. Solo está cansado y frustrado. Su mujer ya no lo mira igual y ni la comida ni las caricias son las mismas. ¿Qué cambió? ¿Por qué ella tiene miedo? 📌 Relato breve y autoconclusivo. Contenido sensible. No recomendado para lectores que estén o hayan atravesando una situación de violencia doméstica.All Rights Reserved