Espero lograr plasmar al menos un pequeño porcentaje de la tormenta que me abruma. No pierdo nada con intentar, más que tiempo y algo de creatividad. Me ha sido necesario expresar con franqueza que me han desilusionado bastante en mis días bajo el sol. En ocasiones charlo con el Creador de los cielos y le pregunto si esta es la vida que me ha tocado vivir y este es el personaje al que la vida me corresponde dar.
No sabría describir fielmente lo que mi personaje siente. Pero siente mucho, y muchas cosas en diversidad de escalas. Recientemente ha vivido mucha desilusión, engaño, miedo, desconfianza, desánimo, ansiedad con toques de pánico y un corazón desgarradoramente quebrado.
Con el paso de los días logró abrir su mente a una nueva ilusión, pero la realidad le golpeó sin piedad alguna, pues vio que la mismísima realidad no le correspondía. Solía pensar que el día llegaría para que alguna de sus millones de fantasías se cumpliera, pero una nueva ilusión de nuevo se desvaneció, no correspondió. Y volteó a los lados y notó algo: había ya varios personajes con la misma ilusión varada, y dijo en las profundidades de su sentir que no sería una más de la fila.
Porque aún había otra ilusión, una con mayor esperanza, de que algún día el mismo Creador fuera quien le entregara algo que superaría en muchos sentidos lo que con muchas ganas perseguía desde años atrás, pero siempre fallaba en encontrar. Y con un corazón roto volvía a su senda y se esforzaba por respirar, sin una grata compañía, un día más.