Hace veintiséis años, nueve niños fueron encontrados en un bosque de Namwon, cubiertos de lodo y sangre, temblando bajo la lluvia. Dijeron haber sobrevivido a algo... o a alguien. Dijeron que cayó desde un risco. Dijeron que no era humano.
No se encontraron cuerpos.
No se levantaron cargos.
Y, extrañamente, nadie pareció querer recordar lo que pasó durante aquellas nueve noches de campamento.
Ni los niños.
Ni sus padres.
Ni el pueblo.
Ahora, una nueva generación comienza a hacerse preguntas.
Y mientras los hijos escarban en los secretos que sus padres han enterrado bajo capas de silencio, recuerdos falsos y acuerdos rotos, una verdad olvidada comienza a despertar.
Porque lo que no se dijo entonces... todavía respira.
Y cada noche que pasa los acerca a lo que realmente ocurrió.
Algunas heridas no sangran. Algunas memorias no pertenecen a quien las recuerda.