
Zoey nunca tuvo una familia, nadie a quien llamar "mamá" o "Papá", nunca tuvo a nadie, no realmente. No conoció a su padre, su madre murió mientras la daba a luz, la creio un viejo decrépito más amargado que las hojas de margarita, cuando murió, porque claro que lo hizo Zoey se quedó con las cosas del hombre, un arco, flechas, una pistola, muchas municiones, dos dagas y la habilidad de leer, porque el hombre sabía que moriría y no iba a dejar a la menor morir, le enseñó a disparar, y si aunque de forma inútil también le enseñó a leer. Luego aparecieron dos chicas y un chico de quince y diesiseis años que al ver a una niña que claramente aún no cumplia los seis años luchando por estirar la cuerda de un arco se la llevaron, como si fuera un perrito abandonado, le enseñaron todo lo demás, a moverse, a matar, a estirar su arco, a crear flechas, a localizar raíces, a existir afuera. Fueron lo más cercano que tuvo a una familia, hasta que se separaron cuando ella tenía once. Desde entonces estuvo sola o al menos hasta que llego a Boston, ahí todo se fue al carajo, aunque tal vez, no fue tan malo.All Rights Reserved
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