Desde su nacimiento, Tereki ha vivido con un don que jamás pidió: poderes psíquicos tan vastos como incontrolables. Lejos de ser un privilegio, esa fuerza invisible lo ha condenado a una vida de aislamiento, miedo y rechazo. Lo que otros considerarían extraordinario, para él es una maldición que lo separa del mundo y le impide ser simplemente un chico normal.
Mientras tanto, en la periferia de la sociedad, se oculta una sombra con nombre propio: la Legión Lex, una organización secreta cuyos hilos se tejen en los rincones más oscuros del poder. Cuando dos de sus agentes más brillantes mueren en circunstancias sospechosas, sus miradas se vuelcan hacia una sola heredera: su hija.
Ella, marcada por el legado de sus padres y por un talento latente para controlar el Aura, desaparece del radar y adopta una nueva identidad en una academia remota. Pero el pasado no se borra tan fácilmente. Siempre mirando por encima del hombro, siempre huyendo, vive con el temor constante de que alguien descubra quién es... o peor, de que ella misma lo recuerde.
Cuando los caminos de Tereki y Mikoto se cruzan, no es por casualidad. Ella ve en él a un posible enemigo. Él, una presencia tan inquietante como familiar. Lo que ignoran es que sus destinos no solo están entrelazados por coincidencias o conspiraciones, sino por una verdad que ninguno está preparado para enfrentar.
Y en un mundo donde el poder lo es todo, lo más peligroso no es tenerlo... sino no saber en quién confiar.