Holii está historia se trata de un amor que casi llega a ser fallido y olvidado por el paso del tiempo pero
!SORPRESA! Que se vuelven a encontrará y sus corazón es les juegan una mala jugada con los sentimientos que intentaron guardar muy al fondo.
Aurore es una chica muy divertida, sencible que se preocupa por los demás asíendo sus sentimientos de menos, sus experiencias en el amor no son algo de lo que le guste recordar sus casi algo en algún momento de su vida y su único novio, quien fue en 6to año de preparatoria y no lo a podido olvidar, pronto entra a la universidad en donde se propone sacar su carrera, solo q pasara algo que no esperava...
rebotó contra el suelo pegando fuertemente la espalda contra una pared perdiendo mis lentes.
pero que rayos -
Mira por donde caminas, te ayudo, levántate
-esa voz ... Y. .. yo conozco esa voz
HEY - dame la mano.. No muerdo apresurate
Sin pensarlo tanto le extiendo mi mano, y me recorre un escalofrío por mi espina dorsal, Dios su toque es tan arrullador
Toma, esto es tuyo - me extiende su mano con mis lentes que están enteros... GRACIAS DIOS.
Gracias - digo con un hilo de voz-
¡Mierda! - oigo su maldición, que rayos? Me veo tan mal?
Auri? -
MIERDA... Solo hay una persona en el mundo q me decia así-mierda, MEIRDA MIERDA no puede ser!!
Levantó la mirada rezando por q no sea quien creo q es, mis manos tiemblan y mis piernas están en un intento de fallarme, Vamos no puede ser el es un 99% imposible, me Encuentro con su mirada color café, veo un pequeño brillo en ellos y reconozco ese aroma
DAMIAN!? -
Un 99% ¿decías?
Calla... No puede ser ES DAMIAN ES EL MISMISIMO, mi respiración se corta, sin darme cuenta me abraza fuerte asíendonos para un lado, y joder que se siente tan bien su toque, el aroma de su loción q tanto me encantava..
PERO QUE RAYOS ME PASA CONCÉNTRATE TE ESTA ABRAZANDO!!!!.
Hanna Elowen tenía una vida que se movía tan rápido como ella: tochito bandera, jugadas perfectas, adrenalina pura y un futuro brillante corriendo a su lado.
Hasta que una lesión- inesperada, cruel- la detuvo de golpe.
Ahora su mundo es más pequeño.
Una silla de ruedas, muletas, una gata emperatriz llamada Nieve, maratones de Harry Potter y la sensación constante de que todo lo que fue... quedó demasiado lejos.
Ella ya no corre.
Ya no compite.
A veces, ni siquiera se atreve a sentir.
Hasta que suena el teléfono.
Es su tío Steve: Head Coach de los New England Kings, fuerza de la naturaleza, experto en gritar, llorar y amar con la misma intensidad.
Y tiene una propuesta imposible: mudarse a Nueva Inglaterra para ser su asistente.
Hanna no está lista para estadios, ni para jugadores gigantes, ni para madrugadas a las cinco de la mañana.
Pero tampoco está lista para seguir rota.
Así que acepta.
Lo que no esperaba era él.
Noah Blackford.
Quarterback estrella.
Favorito de la prensa.
La sonrisa más peligrosa de la AFC.
Y una mirada tan suave que desarma cada una de las paredes que Hanna construyó alrededor de su dolor.
Noah la ve.
Incluso cuando ella misma no sabe cómo hacerlo.
La acompaña, la cuida sin invadir, la escucha cuando su voz tiembla y le recuerda -sin decirlo- que su vida no terminó en esa cancha.
Entre sesiones tácticas, sillas de ruedas que chocan con casilleros, jerseys mal doblados, caídas torpes, atajos emocionales y un quarterback que huele a lluvia y seguridad...
Hanna empieza a descubrir algo que había olvidado: Que aún tiene corazón.
Y late fuerte.
Pero enamorarse nunca fue parte del plan.
Y sanar tampoco.
Eso es lo hermoso -y lo aterrador- de un verdadero fumble: a veces perder la jugada te lleva directo a aquello que nunca supiste que necesitabas.
Con o sin casco.
Con o sin miedo.
Con una mano temblando sobre la rodillera y otra aferrada a un quarterback que la mira como si fuera magia.