LAS LLAMAS DEL EDÉN: LIBRO 1🐺
Ella no lo buscó.
Fue el destino quien dejó la jaula abierta...
y al Lobo suelto.
Tenía hambre de algo más que rutina.
De algo más que una vida prestada.
Y él olía a todo lo prohibido.
Él era salvaje, oscuro, indomable.
Una tentación vestida de piel y silencio.
Donde él caminaba, ardía la tierra.
Y ella, tan llena de cicatrices invisibles,
quiso probar...
quiso sentir...
quiso arder.
No hay culpa cuando el deseo enciende primero.
No hay redención cuando el pecado sabe a gloria.
Porque hay amores que no nacen del alma,
sino del instinto.
Y Nahara...
aprendió a morder.
(La historia NO es de Hombres Lobo ni de fantasía en sí, cuando se habla de "lobo" es una metáfora).