Ella, el alma de un dios hecha carne por una mala jugada del destino, renacida para hospedar al Libre Albedrío en su interior. Dryah veía como el mundo que había conocido se venía abajo con su despertar, todo su pasado había quedado anulado y el futuro la condenaba como un ser capaz de destruir el universo tal y como era conocido, pues ella se había convertido en la portadora del Libre Albedrío. Él, había sido elegido como Juez Universal, el único hombre con suficiente poder como para poner de rodillas a los dioses y llevar a cabo los deseos del universo. Cuando a Shayler le dieron la noticia de que su nueva tarea era llevar a cabo el Antiquerum, el Juicio Supremo, para resolver la inocencia o culpabilidad de Dryah, había pensado que sería rápido. Llegaría, la vería, la condenaría y podría seguir con su tranquila vida. Pero él no contaba con que ella resultara ser la única mujer que estaba destinada a él. Él sería su verdugo y ella ... su única salvación.