"Hay promesas que no necesitan fecha, solo cielo abierto"
Luna Hale llega desde California a Shiratorizawa, con el mar tatuado en la piel, el cielo en la mirada y una caja donde guarda todo lo que no puede decir en voz alta.
No esperaba encajar.
Y mucho menos cruzarse con alguien como Ushijima Wakatoshi: serio, silencioso, imposible de leer...
Y, sin embargo, tan profundamente humano.
Entre entrenamientos, cielos estrellados y despedidas inevitables, Luna descubre que crecer también es aprender a amar.
Incluso cuando hay distancia.
Incluso cuando duele.
Porque hay conexiones que no necesitan palabras.
Y amores que, si las estrellas quieren, siempre se vuelven a encontrar.