Hermione se fue con su familia a pasar la Navidad.
El castillo quedó casi vacío, y Harry se preparaba para enfrentar, una vez más, las fiestas solo, con una manta vieja y un libro que no iba a leer.
Ron iba a irse también. Estaba todo listo: su abrigo, su mochila, los abrazos de su madre.
Pero algo en él no lo dejó subir al tren.
Algo, o alguien.
Ahora, solo quedan ellos dos.
La nieve cae suave sobre Hogwarts. Las salas comunes están en silencio. Y entre el frío de los pasillos y el calor de una manta compartida, Harry y Ron descubrirán que la ausencia de Hermione no es lo único que los está cambiando.
Porque a veces, cuando falta una parte del trío... los otros dos se acercan demasiado.