Martin y Juanjo crecieron juntos, inseparables, compartiendo tardes de bicicleta, secretos bajo las sábanas y promesas susurradas al oído. Eran más que mejores amigos: eran dos mitades de un todo que parecía irrompible.
Pero una noche lo cambió todo.
Cuando Martin descubrió una verdad devastadora sobre su familia, algo en él se quebró. El chico dulce, risueño y lleno de luz desapareció sin dejar rastro, reemplazado por una sombra de sí mismo: frío, distante, peligroso. Comenzó a meterse en peleas, a ignorar a Juanjo, a actuar como si nunca lo hubiera conocido. Y Juanjo, atrapado entre la confusión y el dolor, solo podía mirar cómo el amor de su vida se alejaba... sin poder hacer nada para detenerlo.
Los años pasaron. Las heridas nunca cerraron del todo. Aunque sus caminos se separaron, nunca dejaron de buscarse en las sombras.
Ahora, el destino los vuelve a juntar.
Pero quizás, después de todo, la verdad que los separó no era lo que parecía.
Martin no esperaba gran cosa del verano: solo grabar un documental para la universidad en un pueblo perdido, lejos del calor de la ciudad y del caos estudiantil. Pero lo que prometía ser un proyecto tranquilo se complica cuando se topa con Juanjo, un lugareño reservado que reparte su tiempo entre servir cañas en el bar del pueblo y tocar la trompeta en la banda municipal.
Cuando Martin se da cuenta de que necesita ayuda para moverse por el pueblo y ganarse la confianza de los vecinos, Juanjo -a regañadientes- se convierte en su guía improvisado.
Pero, muchas veces, los mejores planes acaban siendo los que no se graban.