
⠀⠀Gen recoletaba hierbas medicinales, como cada noche, cuando vio a cinco de las doce islas de Ídora caer de los cielos. Desde la lejana Lantara, la isla marginada del imperio, no podría escuchar los gritos de pavor de quienes descendían hasta el olvido, incapaces de siquiera entender lo que les estaba sucediendo. ⠀⠀Dárcire aparecía en diversas leyendas. Decíase que se le veneraba cuando los áridos acantilados todavía albergaban selvas exuberantes. Decíase en voz alta que moraba en lo profundo de Tárgola, la isla del emperador, cumpliendo penitencia por antiguos errores cometidos cuando era una deidad joven. Decíase en susurros que en realidad estaba encadenado en lo profundo de Tárgola, otorgando estabilidad a las doce islas como un castigo por crímenes aberrantes que hubiere cometido miles de años en el pasado. ⠀⠀Sea cual fuere la verdad, Dárcire era el pilar del archipiélago de Ídora. El desplome de estas islas evidenciaba la agonía del dios. Estaría agotado, afligido o herido. O quizá hambriento. Y sobre qué es lo que alimenta al ser que otorga vida a las doce islas, Gen sentía intriga por descubrirlo. © Créditos de la imagen a su respectivo autor.All Rights Reserved
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