El sube sus labios hasta mi mandíbula, aprieta más mis senos y acaricia mi mejilla, lo único que yo logro hacer es soltar un leve gemido.
- Me vuelves loco.
Entonces succiona desde mi mandíbula a mi clavícula, siento como me recuesta poco a poco, y da pequeños besos húmedos por todo mi cuerpo.
Aún traía puesta mi ropa interior, pero cada vez me sentía más caliente, sentía mi entrepierna humedecerse cada vez más .
- Papi .- Suspiro y el succiona en mi vientre.
El comienza a deshacerse de mis bragas poco a poco.
- No quiero verte llorar por una estupidez como la de hoy. - Susurra y mis bragas quedan pérdidas en la habitación. -No quiero que vuelvas a dejarte llevar por lo que diga la gente .- Entonces sus dedos de su mano izquierda se colocan en mi entrada, mientras su mano derecha se dirige a mi sostén .-Tienes que entender que nosotros somos responsable de lo que nosotros hagamos y a nadie le importa nuestros asuntos.
- Pero papi....
- Isabella Beckett .- Dice, y se que su paciencia se estaba.
Tragué saliva, el se coloca encima de mi, y se introduce dentro mío sin avisarme, gemí y arqueo mi espalda.
Coloca su rostro en el hueco de mi cuello, y me comienza a besar cariñosamente.
- Prométeme que no te volverás nunca mas a dejarte llevar por lo que las demás gente te diga, ni lo que escuches de las demás personas, sobre nosotros .- Dice y me mira a los ojos, esos ojos mieles penetrantes que podrían matar de solo verlo.
Sonrío y lo beso, el sonríe entre el beso, y yo comienzo a reír.
- Lo prometo papi .-Reí y el vuelve a besarme.
- Hazlo oficial .-Dice y yo sonrío Entonces levanto mi dedo meñique y el me corresponde con su dedo meñique .-Ahora si voy a follarte hasta que pensemos que has quedado invalida.
Kara y su madre solo se tienen la una a la otra. Crecieron en la mansión Stone, no como parte de la familia, sino sirviendo en ella. Kara sueña con un futuro mejor, pero vivir tan cerca de los lujos ajenos y tan lejos de pertenecer a ellos tiene un precio.
Desde niña, guarda en silencio un amor imposible por Mark, el primogénito de la casa. Entre humillaciones, secretos y pérdidas, su vida se divide en tres etapas: la adolescencia que la marca, la adultez que la quiebra y la madurez como madre soltera que la pone a prueba una vez más.
Tres épocas, un solo corazón... y una historia que demuestra que, a veces, amar también duele.