
Antes fueron Aubrey y Jermaine: dos niños con versos tatuados en la lengua y promesas garabateadas en libretas mugrosas. El rap los hizo hermanos, la fama los hizo rivales, el amor los hizo pecadores. Cuando Kendrick soltó “Control”, el mundo se quebró. Cole se perdió en la jaula de un amor violento, Drake se volvió su sombra: joyas, relojes, bolsas Birkin y versos mordidos.All Rights Reserved
1 part