Durante siglos, los cazadores han sellado portales para evitar que los demonios crucen al mundo mortal. Miranda Capurro es una de ellos: letal, silenciosa, perfecta.
Pero guarda un secreto prohibido: su sangre no es completamente humana.
Cuando un demonio mayor aparece -Domenico, antiguo, enigmático y extrañamente... familiar-, Miranda empieza a cuestionar todo lo que le enseñaron. Mientras el límite entre monstruo y víctima se desdibuja, ella deberá elegir entre proteger el mundo que la crió... o descubrir la verdad que podría destruirlo.
¿Y si los demonios no son lo que parecen?
¿Y si ella tampoco lo es?
Domenico juró no volver a enamorarse después de que Lea lo rompiera en mil pedazos.
Entonces apareció Miranda: distinta, real, dispuesta a quererlo de verdad.
¿El problema?
Él aún no sabe si la elige a ella... o si solo la usa para olvidar.