Me sentía sola y estaba sola, no supe lo que era el placer hasta que descubrí el sentimiento de notar una cuchilla rozando mi piel,la sangre chorrear por mis muñecas y notar como se rasgaba mi piel.
- No te enamores de mí.
Pero ya era tarde.
Ya me había enamorado.
Justo cuando me apretó entre sus piernas y me miró como si no me quisiera... pero me necesitara.