Un hogar entre brazos

Emma tiene 19 años y el cuerpo como campo de batalla. Convive con un TCA que la desgasta en silencio y con heridas que intenta esconder, a veces incluso echándole la culpa al gato, Sifu.
Henry, de 40, la cuida como si pudiera contener el mundo en sus brazos. La llama "bebé" con una dulzura que desarma, y ella le dice "papi" porque, con él, se siente menos perdida. Él no es su salvador. No intenta curarla. Solo se queda.
Esta es una historia de cucharas contadas, espejos que mienten, y amor incondicional, Emma navega sus recaídas, su miedo a comer, su vergüenza al sangrar, su rabia por no poder controlarse y la ternura de alguien que no la deja caer del todo.
"Un hogar entre brazos" es una historia sobre sostener, acompañar, y amar incluso cuando duele. Porque a veces, el primer paso para salvarse es permitir que alguien nos abrace cuando ya no podemos más.