Un encuentro absurdamente inevitable

Scarlett y Zora no tienen absolutamente nada en común. Pero igual las obligaron a trabajar juntas.

Scarlett Hood es el tipo de chica que camina como si la estuvieran mirando, incluso cuando no lo están. Sabe hablar, convencer, llamar la atención. Y le gusta. Porque ser el centro le sale natural. Siempre tiene algo para decir, algo para mostrar, algo para defender.

Zora Wolf prefiere los márgenes. Las ideas antes que las palabras. Los pinceles antes que las personas. A veces quiere animarse a más, pero le cuesta. Así que se queda callada. Observando. Pensando. Aguantando.

No se soportan. Y tampoco hacen mucho esfuerzo por disimularlo.
No tendrían por qué cruzarse.
Son dos líneas rectas en direcciones opuestas. Pero algo, algo, las empuja a colisionar. Tal vez fue ese trabajo escolar que no pudieron evitar hacer juntas. Tal vez fue esa conversación en las escaleras de la academia. Tal vez fue la forma en que, sin querer, empezaron a entenderse.
Y tal vez, solo tal vez, ahí donde no se esperaban nada, empiece a aparecer algo.

Algo que va a complicarlo todo.
O que, con suerte, les dé sentido a cosas que no sabían cómo encajar.