El Sacrificio

-¿Qué hago aquí? –Es la pregunta que treinta personas –entre adolescentes y jóvenes- se hacen al darse cuenta que están encerrados en una enorme habitación.

Treinta desconocidos en un sólo lugar sin saber cómo llegaron ahí o para qué. Todos miran angustiados de un lugar a otro esperando una respuesta a todas sus dudas. Los susurros son acallados cuando una borrosa imagen se visualiza en la pantalla colocada en una de las paredes.

-Bienvenidos –se escucha una masculina voz –Mi nombre es Baragund y les doy la bienvenida a cada uno de ustedes.

Las palabras pronunciadas no respondían a ninguna de las preguntas que cada individuo en la habitación tenía.

-Ustedes han sido traídos aquí con un solo propósito –una pausa –Conocemos acerca de sus poderes y simplemente queremos probarlos.

Más interrogantes generaba lo que el llamado Baragund decía ¿queremos? Entonces ¿cuántos eran? ¿Qué querían probar?

-Sé que deben tener muchas dudas pero no estoy aquí para explicárselas solamente voy a informarles lo más importante que deben saber y ello se resume en una sola palabra SOBREVIVIR.