Amar a un villano es una experiencia tan fascinante como peligrosa. Es sentirse atraído por lo prohibido, por lo que desborda las normas, por quien no pide perdón por ser oscuro. Es encontrar belleza en sus grietas, en su historia rota, en sus razones torcidas pero humanas.
Es preguntarte si puedes cambiarlo, si él cambiaría por ti, o si simplemente estás condenada a quererlo tal como es: cruel, herido, brillante, libre.
Amar a un villano es como bailar con fuego: te puede calentar el alma... o quemarla por completo.
Sí, incluso un villano puede sanar una herida.
Porque por muy oscuro que parezca su corazón, sigue latiendo. Tal vez escondido bajo capas de ira, dolor o traición, pero late. A veces, el villano no es maldad pura: es una herida mal cerrada, una historia sin consuelo, un grito que nadie escuchó.
Sanar para un villano es tal vez el acto más valiente. Porque ha vivido en guerra consigo mismo tanto tiempo, que hacer la paz asusta más que seguir luchando. Pero cuando lo hace, aunque sea solo un poco, aunque sea en silencio... entonces, por un instante, deja de ser solo el villano de una historia. Y se convierte en humano.
Y eso, a veces, es el verdadero milagro.
"Por el incendiaría el cielo, aunque el infierno me reclame como suyo"
"Entre el odio y el amor no hay distancia, solo una herida mal cerrada"
"Lo amé con rabia, lo odié con ternura... y en medio de esa guerra, fue mi alma la que cayó rendida"
"No sé si lo quise por lo que era... o por lo que dolía amarlo"
Declan Kingsley es un grandioso jugador de hockey con un futuro prometedor, sueña con jugar para un equipo de la NHL cuando se gradúe de la universidad y ser el mejor. Siempre ser el mejor.
Se ha enfocado tanto en sus sueños que se ha olvidado de las otras cosas importantes en su vida, el amor, aunque sí que ha disfrutado de un sinfín de citas y chicas, pero jamás ha buscado una relación seria.
Cuando llega año nuevo y todos sus amigos están por dar el primer beso del año a medianoche, Declan siente repentinos celos y besa a la primera chica que se encuentra, Millie Harrison.
Millie Harrison jamás ha tenido novio y mucho menos ha dado un beso, por lo que se ve más que sorprendida cuando uno de los jugadores de hockey más codiciado en el campus de su universidad decide besarla.
Después de un par de sucesos, Millie decide enfrentarlo y proponerle algo de lo que ella cree que ambos podrían arrepentirse después, una relación falsa, pero ella está desesperada y necesita la ayuda de alguien como Declan, quien al parecer no solo está dispuesta a ayudarla, sino a conquistarla de verdad.