Erase una vez,
en un reino llamado Velendor... un bufón
No.
Un príncipe y su bufón,
quizás solo un príncipe.
Uno con preciosos ojos ámbar resplandecientes,
un cabello tan níveo como el inverno,
una sonrisa tan encantadora como el canto de una ninfa
y unas manos delicadas como el susurro de una flor.
Erase una vez un príncipe.
Un príncipe, sabio, cortes, ajeno al narcisismo y el ego por supuesto.
Un alma noble que siempre buscaría proteger a su amada y a su pueblo,
que antepondría la justicia y el derecho a su propio deseo.
Por supuesto, así es como deben ser los príncipes no?
No.
Por eso esto es solo un "Erase una vez",
justo como empiezan las historias de los cuentos.
Porque eso son, cuentos.
No hay un príncipe encantador, ni un felices para siempre.
No habrá un príncipe que crucé montañas desde un castillo dorado para tomarte de la mano y prometer una vida juntos.
O eso es lo que solía contarle su madre a Irissa, más bien advertirle.
"Nunca confíes en ellos Irissa"
"Nunca te dejes llevar por su belleza Irissa"
"Nunca llames su atención Irissa"
"Nunca aceptes nada de ellos Irissa"
Y sobre todo, "Nunca esperes que salga algo bueno de relacionarte con ellos".
Esas palabras quedaron grabadas en Irissa como tinta en la piel.
Ella nunca quiso algo de ellos, nunca buscó relacionarse con ellos.
Así que, ¿Por qué?
¿Por qué el príncipe se encontraba frente a ella pidiendo su mano?
Y lo más importante. ¿Por qué ella no se negó?
Rose Deson es una chica corriente, con una vida normal y unas fieles amigas que siempre la acompañan. Pero ellas tienen una regla, y esa es hacer cosas divertidas a lo largo de sus vidas.
Por eso, en los cumpleaños número 18 de ellas, cada una debe realizar un reto decidido por una ruleta rusa de dudosa procedencia. La vida de Rose cambia cuando se dispone a cumplir su reto: invocar a un demonio llamado Asmodeo, proceso que encontró su amiga en una página de Internet.
Lo que menos ella piensa es que una pérdida de tiempo puede llegar a convertirse en su realidad, y en poco tiempo se ve envuelta en el encanto que pertenece a este chico, que resulta ser el guardián del Pecado Capital de la Lujuria.
Luego de involucrarse en una ardua búsqueda de objetos sagrados, también se ve sumergida en una guerra por el poder y el mandato. Cada pecado está decidido a hacer lo imposible por resultar vencedor, y ella debe volverse más fuerte si decide, al fin, formar parte de ello y ligarse con el alma de Asmodeo para siempre.