Irremediablemente tuyo

Erasé una vez una joven que no esperaba nada de nadie, que romantizaba al 99 por ciento de la población, y que trabajaba en una cafetería la cual padecía de un olor desagradable.
Erasé una vez un joven privilegiado, el cual tenía una realidad un tanto diferente a la joven de la cual les habia hablado. Este joven vivía de fiesta en fiesta, de novia en novia, y de problema en problema, nunca se quedaba estancado en nada.
Para la sorpresa de los dos algo cambiaría, aunque no te diré el que, no te daré el gusto de saltearte la hermosa experiencia de leer esta Historia, mi Historia.