Story cover for Sweet Dreams & Cold Blood / landoscar by tragiclove1
Sweet Dreams & Cold Blood / landoscar
  • WpView
    Reads 2,152
  • WpVote
    Votes 336
  • WpPart
    Parts 21
  • WpView
    Reads 2,152
  • WpVote
    Votes 336
  • WpPart
    Parts 21
Ongoing, First published Jul 15
Mature
La policía de Los Santos lleva años intentando desarticular a "Sweet Dreams", la crew criminal más temida y mediática. Lando es su joya: el piloto fantasma, el niño prodigio de la calle que nadie ha podido atrapar.

Cuando Oscar finalmente logra capturarlo tras una operación encubierta, decide interrogarlo personalmente. Lando lo provoca desde el primer momento, usando su belleza y su descaro como arma. Oscar, acostumbrado a dominar cualquier sala, se ve desconcertado por la actitud desafiante y juguetona de Lando.

Pero en lugar de entregarlo al sistema, Oscar ve en Lando un espejo retorcido de su propio pasado: el caos que él mismo niega. Surge una tensión enfermiza. Oscar empieza a obsesionarse con "reformarlo", controlarlo, moldearlo... mientras Lando se siente atraído y asustado a la vez por la oscuridad que ve en el superintendente.

Lando quiere jugar con fuego, y Oscar quiere apagarlo... o quizás incendiarse con él.
All Rights Reserved
Sign up to add Sweet Dreams & Cold Blood / landoscar to your library and receive updates
or
Content Guidelines
You may also like
Demasiado Tarde by AshleyMoa
5 parts Ongoing
Desde que Oscar Piastri llegó a McLaren, Lando Norris había sido... bueno, Lando. Bromista, efusivo, siempre buscando una risa o un abrazo, aunque Oscar, reservado como era, nunca terminaba de corresponderle del todo. Una sonrisa incómoda, un leve asentimiento, y poco más. Oscar simplemente no sabía cómo manejar a alguien tan abierto como Lando. -¡Vamos, Piastri! ¡No seas tan seco! -bromeaba Lando cada vez que intentaba abrazarlo después de una carrera o en los boxes. Oscar apenas se reía. No era que le cayera mal Lando, pero tanta cercanía lo hacía sentir incómodo. Así que Lando, tras semanas de intentarlo, decidió que ya estaba bien. De un día para otro, dejó de forzarlo. No más bromas pegajosas, no más abrazos, no más sonrisas insistentes. Lando, en cambio, empezó a acercarse a otros pilotos: a Charles, a George, incluso a algunos rookies nuevos. Pero lo que realmente desató algo dentro de Oscar fue ver cómo Lando se encariñaba rápidamente con uno de ellos: un piloto argentino, joven, divertido, que parecía perfectamente sincronizado con Lando. Compartían risas escandalosas en el paddock, se abrazaban sin vergüenza, y en las redes sociales no paraban de intercambiar bromas internas. Al principio, Oscar se dijo que no le importaba. Mejor así. Menos distracciones. Más concentración. Pero cuando los vio abrazados, riendo de algo que él no entendía, algo incómodo le retorció el estómago. En la siguiente reunión del equipo, mientras todos charlaban y Lando bromeaba con el piloto argentino, Oscar no pudo evitar lanzar miradas constantes. Ni siquiera se dio cuenta de que su pie golpeaba nerviosamente el suelo bajo la mesa. Ni que su ceño estaba fruncido. Después de la sesión, Oscar interceptó a Lando en el pasillo. -¿Ya no hablas conmigo o qué? -soltó de repente, más brusco de lo que pretendía. Lando parpadeó, sorprendido. -Pues... pensé que preferías que no lo hiciera -respondió, sin rastro de enfado, como si d
You may also like
Slide 1 of 10
Demasiado Tarde cover
ChatGPT cover
Insufrible - Landoscar cover
fuck me ; landoscar au cover
Too late to listen | CARLANDO cover
Sin vergüenza ☆ Bearnelli cover
I Miss You | Lando Norris  cover
𝐅𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚 cover
Entre Sombras y Motores | 33814 cover
  Inmortalidad [Landoscar]  cover

Demasiado Tarde

5 parts Ongoing

Desde que Oscar Piastri llegó a McLaren, Lando Norris había sido... bueno, Lando. Bromista, efusivo, siempre buscando una risa o un abrazo, aunque Oscar, reservado como era, nunca terminaba de corresponderle del todo. Una sonrisa incómoda, un leve asentimiento, y poco más. Oscar simplemente no sabía cómo manejar a alguien tan abierto como Lando. -¡Vamos, Piastri! ¡No seas tan seco! -bromeaba Lando cada vez que intentaba abrazarlo después de una carrera o en los boxes. Oscar apenas se reía. No era que le cayera mal Lando, pero tanta cercanía lo hacía sentir incómodo. Así que Lando, tras semanas de intentarlo, decidió que ya estaba bien. De un día para otro, dejó de forzarlo. No más bromas pegajosas, no más abrazos, no más sonrisas insistentes. Lando, en cambio, empezó a acercarse a otros pilotos: a Charles, a George, incluso a algunos rookies nuevos. Pero lo que realmente desató algo dentro de Oscar fue ver cómo Lando se encariñaba rápidamente con uno de ellos: un piloto argentino, joven, divertido, que parecía perfectamente sincronizado con Lando. Compartían risas escandalosas en el paddock, se abrazaban sin vergüenza, y en las redes sociales no paraban de intercambiar bromas internas. Al principio, Oscar se dijo que no le importaba. Mejor así. Menos distracciones. Más concentración. Pero cuando los vio abrazados, riendo de algo que él no entendía, algo incómodo le retorció el estómago. En la siguiente reunión del equipo, mientras todos charlaban y Lando bromeaba con el piloto argentino, Oscar no pudo evitar lanzar miradas constantes. Ni siquiera se dio cuenta de que su pie golpeaba nerviosamente el suelo bajo la mesa. Ni que su ceño estaba fruncido. Después de la sesión, Oscar interceptó a Lando en el pasillo. -¿Ya no hablas conmigo o qué? -soltó de repente, más brusco de lo que pretendía. Lando parpadeó, sorprendido. -Pues... pensé que preferías que no lo hiciera -respondió, sin rastro de enfado, como si d