
¿Habrá un futuro para mí? A veces, soñar duele más que vivir sin sueños. Fui una niña con ilusiones grandes y una vida pequeña. Crecí donde las oportunidades y los finales felices no llegan. Amé, caí, luché... y esperé. Esperé tanto que ahora, frente a un espejo que ya no reconozco, solo me quedan recuerdos. ¿Vale la pena soñar si nunca se llega? ¿O el verdadero castigo es recordar todo lo que no fue? Me pregunto si alguna vez tuve una oportunidad real. O si el futuro, desde el inicio, nunca fue para mí.All Rights Reserved
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