Existen leyendas que guardan misterios indescifrables, existen fábulas que encierran hallazgos fascinantes.
El mundo es inmenso, tantos bosques, tantos valles, tantas montañas, ríos, océanos y mares.
¿Cómo saber con certeza lo que allí no existe? Creemos en lo que vemos, y, sin embargo, lo que nos hace dichosos es lo que sentimos.
Es aquí donde se halla una leyenda convertida en mito y luego en rumor, que se ha vuelto enigma.
Cualquiera diría que Elena lo tenía todo, una vida apacible que había sido muy generosa con ella, pues estaba rodeada de seres que la querían con honestidad y lealtad. Su familia era pequeña, sus tías Amelia y Josefina, quienes la habían criado, la adoraban. Su mejor amiga, Celeste, era el ejemplo de aquella hermana que nunca tuvo, cálida, compañera y jovial, siempre impulsándola a que siga sus ideales. Sin embargo, Elena no tenía paz en su alma, ella guardaba un secreto que, desde hacía mucho tiempo, apresaba su corazón y la atormentaba.
En el amanecer donde el cielo aún no tenía nombre,
canté tu luz, hija del alba.
De las aguas dormidas surgió tu reflejo,
y de la primera brisa, tu aliento.
Te di el oro del sol para tu corazón,
y la plata de la luna para tu mirada.
Serás la guardiana entre mundos,
la llave que une lo roto,
el eco que responderá cuando todo calle.
Aurora... donde llegues,
la noche retrocederá.
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| Edmund Pevensie x OC |
*Historia inspirada en los libros y películas de Las Crónicas de Narnia
*Todos los derechos y personajes de Narnia pertenecen a C.S Lewis, a excepción de Aurora