Libro II de la saga Mitos y Pecados. Una historia donde aquellos que se rinden al delirio no pueden escapar del pecado
Después de los eventos de Sangre, Honor y Delirio, llega la entrega donde el Delirio se vuelve castigo y el PECADO, inevitable.
Aleksandra ha cometido un error que le costará la vida. Y para redimirse, deberá pagar el precio con su propia sangre. Lo hará por el hombre que más detesta... pero también por el único que la ha hecho sentir viva. Tras descubrir que es el nuevo blanco del misterioso y temido Hombre sin rostro, deberá sobrevivir no solo al enemigo invisible, sino también al monstruo que ella misma acaba de salvar.
Ethan Dray, luego de haber rozado la muerte por las manos de la única mujer que ha encendido una chispa en su corazón hecho cenizas, tendrá que decidir: exterminarla para saldar la deuda de su traición... o hacerla suya de una vez por todas e impedir que el enmascarado la reclame.
La traición de ella arde en su piel, pero también el deseo. Porque si va a saldar esa deuda, lo hará a su manera: cruel, posesiva, carnal y definitiva.
Pero el caos recién comienza. Los secretos que ambos enterraron están saliendo a la superficie, uno a uno. Y con ellos, los sentimientos más oscuros que creían sepultados.
Porque entre ellos hubo odio. Hubo DELIRIO. Y ahora habrá PECADO.
Porque después del incendio... siempre quedan las cenizas. Y ambos están más que dispuestos a arder de nuevo.
Si Sangre, Honor y Delirio te dejó sin aliento,
prepárate para rendirte al pecado.
*ADVERTENCIA CONTENIDO ADULTO (+21)
*ESCENAS SEXUALES EXPLÍCITAS (DESCRITAS CON DETALLES Y LENGUAJE MALSONANTE.
"Amor, traición y un juego de poder donde no hay reglas... Solo la promesa de destrucción."
Mi padre me quiere muerta.
Traicioné a la familia, y pagaré las consecuencias.
El hombre que alguna vez llamé padre me entregó a una jauría de lobos hambrientos. Me mandó a Moscú, dejándome completamente desprotegida, para caer lentamente en las garras de uno de los hombres más oscuros y perversos de la mafia griega.
Calix Petrou.
Lo llaman el Padre de la Noche, Lucifer.
Era tan hermoso como el infierno, y su fuego me quemó hasta reducirme a cenizas.
¿Qué harías si el deseo se mezcla con el miedo por el hombre que te intimida?
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