Desde siempre, mi prototipo de chico perfecto fue aquel que te regalaba flores, dedicaba canciones, buenas calificaciones, jugador de por lo menos un deporte, en fin ese era mi tipo de chico. Hasta... que lo conocí a el, y puso mi mundo al revés. Rebelde, casi expulsado y su único deporte es huir de la policía colina abajo. Por lo cual me veo obligada a decirle ¡Tu no eres mi tipo! desde su primera insinuación, pero el no se rinde fácilmente. Esta historia es completamente mía y no se aceptan copias, de lo contrario me veré obligada a reportar la copia.