A veces el amor empieza en silencio, en la grieta de un error. A veces florece justo donde debería morir.
Jimin tiene dieciocho años y una maleta rota cuando cruza el umbral de la casa junto al lago. Huyendo de una familia que ya no es hogar, encuentra refugio en un lugar que tampoco le pertenece: cinco habitaciones, un piano que llora cada noche y un chico de dieciséis años que no le dirige la palabra.
Jungkook debería ser intocable: el hijo bueno, el estudiante aplicado, el novio fiel. Pero Mina, la novia perfecta, se convierte en un fantasma que abre la puerta a la traición. Una fiesta, un video, una mentira repetida al calor de un verano demasiado largo. Un beso robado se vuelve hábito; un secreto compartido se vuelve cadena.
Minjae, el hermano del medio, lo ve todo. Intenta advertir a Jimin de que nada bueno florece donde nacen las mentiras. Pero Jimin es terco: quiere ser el único. Quiere la música, la cama compartida, los te amo clandestinos.
Aunque eso signifique perderlo todo.
Cuando la verdad estalle bajo el sol abrasador, no habrá refugio en esa casa junto al lago. Habrá celos, rabia, promesas que se retuercen entre llamadas a medianoche y discusiones que terminan en besos. Y tal vez, solo tal vez, haya amor.
O tal vez solo sea otra mentira de verano.
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Todo iba bien... hasta que Hawkins volvió a romperse. Desapariciones extrañas. Criaturas en las sombras. Puertas que se abren solas. Y, por alguna razón, él siempre está ahí.
Lo que empezó con miradas de desprecio y sarcasmo mal disimulado, se convierte poco a poco en algo más complicado: silencios incómodos, rescates inesperados, y sentimientos que no tienen sentido, pero que tampoco se van.
En un pueblo donde los monstruos se esconden en las paredes y la pérdida es parte del paisaje, tal vez lo más peligroso no es lo que espera en la oscuridad...
Tal vez es enamorarse de quien menos esperabas.