Crónicas de Aerthalon - Volumen I Drelkin
16 parts Ongoing Aerthalon no fue construida; despertó. Bajo mis pies siento su latido, un pulso antiguo que recorre la tierra y habla a través del Dra'khel, un artefacto sagrado de mi pueblo, los Drelkin. No es solo piedra: es memoria viva, cargada de secretos y promesas olvidadas.
Soy Tharven, último guardián de los Drelkin. En mis manos sostengo el Dra'khel, marcado con runas del Syllarion, un idioma que ya nadie recuerda pronunciar. A través de sus grietas palpita el filaris, el gran tapiz del mundo, que ahora se tensa y se deshila, amenazado por fuerzas que muchos se niegan a ver.
Recuerdo... cuando era joven, el cielo púrpura sobre Kharzul se quebró. De la tierra surgió el Ignis'Primar, el Primer Fuego. Su llama me mostró visiones, abrió caminos y despertó esperanzas. Pero los ancianos quisieron sellar aquel recuerdo, temiendo su fuerza. Dijeron que el fuego no importaba. Yo sé que mintieron.
Hoy, el mundo vuelve a temblar. El Imperio avanza, oscuro y frío, decidido a ahogar nuestra herencia. Sin embargo, el fuego no se ha apagado: un joven, marcado por la misma llama antigua, camina entre nosotros. Su destino no será solo suyo: decidirá si Aerthalon se pierde para siempre... o si renace en un amanecer nuevo.
Me arrodillo, exhausto, mientras el Dra'khel canta un lamento en la lengua olvidada de mis antepasados:
"El hilo del mundo tiembla, hijos de Aerthalon, y nosotros somos sus hebras."
Mi tiempo se consume. El fuego arde en el joven, sí... pero si su llama se extingue, Aerthalon no volverá a despertar.