Dicen que el primer amor marca, pero nadie te advierte que también puede dejarte cicatrices que tardan años en cerrar. Esta es mi historia, contada desde el inicio, desde esos días en el colegio donde creí que lo tenía todo y al mismo tiempo, no tenía nada. Cuando él -mi ex- llegó a mi vida, lo hizo como un huracán: intenso, arrollador, y al principio parecía que me salvaba... pero solo me dejó destrozos.
Yo era una chica que callaba más de lo que decía, que reía para no llorar y que entregó todo sin pedir casi nada. Y aunque traté de sostener lo insostenible, al final me rompí. Me rompió.
Pasaron los años, y cuando creía que el amor ya no era para mí, apareció alguien más. Un completo desconocido, con los ojos llenos de calma y las palabras justas. No llegó para salvarme, pero sí para acompañarme en mi proceso de sanar. Lo conocí de la forma más inesperada: a través de una pantalla.
Pero desde el primer mensaje, hubo algo. Algo distinto. Algo que cruzó las letras, el wifi, las horas de distancia.
Y cuando nos vimos en persona... ya no hubo vuelta atrás.
Este no es un cuento de hadas, ni una historia perfecta. Es real. Es mía. Está hecha de dudas, de heridas, de decisiones difíciles... pero también de segundas oportunidades, de miradas que curan y de ese tipo de amor que llega sin avisar, justo cuando más lo necesitás.
Así que si alguna vez amaste hasta doler, si alguna vez te perdiste por entregarte tanto, o si estás esperando que algo bonito te vuelva a pasar... esta historia es para ti. Porque a veces, el verdadero amor no es el primero, sino el que llega después de que pensabas que ya no ibas a poder amar así otra vez.
Y sí... esta historia está basada en hechos reales.
Margot Fontaine tenía una carrera brillante como pianista en la elegante Londres. Un futuro armonioso junto a su perfecto prometido. Una vida construida entre lujos, conciertos y sonrisas fingidas.
A ojos del mundo, lo tenía todo.
Todo lo que -según ellos- una mujer debía desear.
Pero Margot vivía en un mundo de hombres. Uno donde el poder se heredaba por sangre... siempre y cuando esa sangre no corriera por venas femeninas.
Aunque era la única hija del líder de la organización criminal más temida de Francia, su destino estaba sellado: obedecer, callar y sonreír.
Y lo hacía. Hasta que lo conoció a él.
No era solo el socio de su novio. Era el caos hecho carne.
Un hombre envuelto en sombras, ambiciones peligrosas y una libertad que olía a pecado.
Todo lo que Margot deseaba. Todo lo que se suponía debía temer.
¿Y si en lugar de huir de él, lo dejaba entrar? ¿Qué ocurriría si ese amante prohibido se convirtiera en su aliado? ¿Si juntos intentaran derribar al mismísimo rey... su padre?
Hay cadenas que se heredan. Cadenas invisibles que oprimen, marcan y deforman. Pero no todas están hechas para ser arrastradas.
¿Será Margot capaz de romper las suyas... o terminará encadenada a una vida que no eligió, solo para no despertar al caos que amenaza con devorarla?