María Elena vive en un pueblo del interior, entre costuras, café y confesiones que sólo escribe en cartas jamás enviadas. Tiene 19 años y es hija de una modista muy conocida, pero su verdadero anhelo está en el mundo de la poesía. Cuando conoce a Lucía, hija del farmacéutico del pueblo, algo se enciende que no sabe nombrar. A través de cartas escritas pero nunca entregadas, María Elena va desgranando su amor profundo y silencioso por Lucía-una joven extrovertida, libre, pero atrapada también por las convenciones de su tiempo.
Mientras los bailes de domingo siguen, los vestidos giran, y los murmullos del pueblo se hacen más fuertes, María Elena tiene que decidir si guardar su amor en papel, o arriesgarlo todo por una verdad que podría romperle el corazón.
Margot Fontaine tenía una carrera brillante como pianista en la elegante Londres. Un futuro armonioso junto a su perfecto prometido. Una vida construida entre lujos, conciertos y sonrisas fingidas.
A ojos del mundo, lo tenía todo.
Todo lo que -según ellos- una mujer debía desear.
Pero Margot vivía en un mundo de hombres. Uno donde el poder se heredaba por sangre... siempre y cuando esa sangre no corriera por venas femeninas.
Aunque era la única hija del líder de la organización criminal más temida de Francia, su destino estaba sellado: obedecer, callar y sonreír.
Y lo hacía. Hasta que lo conoció a él.
No era solo el socio de su novio. Era el caos hecho carne.
Un hombre envuelto en sombras, ambiciones peligrosas y una libertad que olía a pecado.
Todo lo que Margot deseaba. Todo lo que se suponía debía temer.
¿Y si en lugar de huir de él, lo dejaba entrar? ¿Qué ocurriría si ese amante prohibido se convirtiera en su aliado? ¿Si juntos intentaran derribar al mismísimo rey... su padre?
Hay cadenas que se heredan. Cadenas invisibles que oprimen, marcan y deforman. Pero no todas están hechas para ser arrastradas.
¿Será Margot capaz de romper las suyas... o terminará encadenada a una vida que no eligió, solo para no despertar al caos que amenaza con devorarla?