Desgraciadamente, solo tuya 222X388

Dae-ho podía fingir que lo controlaba todo, pero en realidad no tenía poder sobre nada: ni sobre su rabia, ni sobre sus celos, ni siquiera sobre sí mismo. Lo único que podía reclamar como suyo era el cuerpo de Jun-hee, esa única frontera donde aún era soberano. Todo lo demás lo devoraba, lo vencía, lo arrastraba.

Advertencia: Lo que estás por leer tiene partes fuertes, explícitas y algo tóxicas. Si andas sensible o con el ánimo bajo, quizá quieras dejarlo para otro día. Pero si decides quedarte, hazlo sabiendo que esta historia es cruda y a veces incómoda. Si eres masoquista y aunque estés mal aún así la quieres leer, go on. idrc.