Nadie es Inocente

Raven Fall no era un lugar emocionante, pero era un hogar.

Mackenzie siempre había sido de silencios, de dibujar más de lo que decía, de guardar las emociones entre páginas dobladas y de observar más allá de donde todos creen ver .

Su vida era sencilla: las tardes con Lewis, su mejor amigo de toda la vida, el tejado donde pensaba en todo y en nada, y esa sensación de que las cosas, de alguna forma, estarían bien.

Hasta que empezaron a cambiar.

Primero fueron los susurros. Luego las miradas.

Y entonces apareció él

Nada parecía fuera de lugar. Y sin embargo, algo empezó a quebrarse.

A veces, perderse no empieza con un grito.

A veces empieza con alguien que te mira como si ya supiera que vas a caer,

y eso fue lo que le ocurrió a ella

¿Qué podría pasar si el pueblo donde has vivido toda tu vida

esconde más secretos de los que hubieras imaginado?
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Muerte