MAMMA MÍA! -conrad fisher

Summer Davis solía adorar el verano. No solo porque sintiera la brisa del mar tan conocida en su cara o por pasar días completos en la playa, sino porque los volvía a ver a ellos. Desde que tenía memoria, no había verano que no pasara en la casa de los Fisher, junto a los Conklin. Las madres de las tres familias eran mejores amigas desde la universidad y todo apuntaba a que sus hijos iban a tener el mismo destino. Para ella, el verano era sinónimo de risas y de felicidad. Todo era perfecto, como si estuviera hecho para ella. Hasta que todo cambió, tres años atrás.

El accidente. Un semáforo en rojo. Un coche fuera de control. Un instante. Y la vida de los Davis se desmoronó. En día, Summer perdió a la persona que le enseñó a amar el verano: su madre. Desde ahí, el verano no tenia sentido, había perdido sentido. En lugar de traer recuerdos felices, el verano era un recordatorio constante de todo lo que había perdido.

Después de eso, los Davis se mudaron a Grecia, donde había nacido Robert, buscando dejar el dolor atrás y comenzar de nuevo. Por tres años, Summer se alejo de lo que antes era familiar: los Conklin, la casa de verano, los Fisher, todo lo que le recordara a su madre. Pero este verano sería diferente. Este verano, Summer estaba decidida a recuperar su felicidad, aunque para ello tuviera que enfrentarse a los fantasmas del pasado.

Era el momento de regresar. Era el momento de empezar de nuevo. Porque a veces, para encontrar la felicidad, hay que volver al lugar donde la perdiste.