
Es curioso cómo, en ocasiones, el simple hecho de conocer a alguien, puede sin razón alguna, despertar un rechazo inmediato. No hace falta conocerse en profundidad, una sola mirada puede hacerte detestar a esa persona. ¿Acaso esto es la aparente paradoja del "odio al amor", donde la capacidad de amar y odiar no son fuerzas opuestas, sino dos caras de la misma moneda, impulsadas por la misma energía vital? ・。・。・。・。・・。・。・。・・。・ >Historia original. No se permiten copias y/o adaptaciones. >Escrita en colaboración con @MyBoyKTAll Rights Reserved